“REFUGIO PARA PENSAR LAS INFANCIAS”
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Boceto GeneralUn refugio es un espacio destinado para alojar o para proteger momentáneamente de inclemencias, un lugar de paso, que brinda ciertas comodidades para recuperar fuerzas y seguir adelante. Es un lugar acogedor, que admite a cualquier persona que quiera entrar allí, ofreciendo bienestar para sobrevivir. Todo refugio debe tener elementos estructurales sólidos, para que sirva de resguardo y no se convierta en un peligro más, tiene en su interior, elementos e ideas para que quien lo visite se pueda proteger. .
El refugio para pensar las infancias, Es un espacio que busca alojar
momentáneamente a personas que quieran pensar y construir experiencias relacionadas con la
infancia. Se piensa como un lugar que ofrece cierto bienestar para subsistir, se ha diseñado como
un lugar acogedor que ofrece, fuerza, energía, ¡vida!, donde todos los interesados en la infancia
se pueden resguardar, para nutrirse, revitalizarse y seguir su camino. Es un apoyo provisional, que
permite pensar-se, preparar-se, inspirar-se y que invita a constituirse a sí mismo para seguir el
camino y con esto vivir el desafío de trabajar con y por la infancia. Esto significa que no es un
lugar de sobreprotección, sino que demanda exigencias personales para construir experiencias
necesarias para vivir.
No le pertenece a alguien en particular, es de todos; ofrece un bien
común que abriga temporalmente y que piensa en el otro por venir; por lo tanto, se convierte en un
territorio de responsabilidad comunitaria para mantenerlo en constante movimiento y con suficiente
vitalidad para cumplir con su Misión, de tal manera que las experiencias construidas allí sirvan de
inspiración o nutrimento para nuevos visitantes, tomando lo que sea necesario para su constitución
personal. El compromiso colectivo: hacer una contribución que enriquezca las experiencias propias y
de los demás, así el refugio albergará más y más reflexiones.
Este proyecto se convierte en una oportunidad para considerar
alianzas sensibles entre las experiencias de sí y la configuración de un Programa de formación de
maestros para las infancias, en tanto se piensa a profundidad los diversos saberes que se
construyen gracias a su proximidad. El Refugio para pensar las infancias contiene innumerables
detonantes ante la presencia del otro y de sí mismo; allí se piensa en las formas de relacionarse a
los niños, a los docentes y a las familias que van conformando los diferentes grupos sociales, en
cuanto a sus desarrollos sociales y culturales.
Es, además, un espacio académico de respeto y valoración de los
diferentes planteamientos teóricos, sus argumentos y cómo estos van consolidando propuestas
pedagógicas para respaldar la formación de los estudiantes del Programa de Educación Preescolar. Se
piensa, también en cómo el valor de las experiencias del otro indicen en las propias y cómo los
argumentos del otro contienen múltiples alternativas al repensar las acciones docentes en torno del
acompañamiento de los niños y niñas en contextos escolares que usualmente cuentan con estructuras
rígidas e inamovibles; la cuestión aquí es cómo cambiar, cómo transformar esas prácticas para
vivificar la presencia del adulto junto a un niño, a una puesta en escena de la curiosidad, de la
exploración constante, de la imaginación como alternativa en la construcción de saberes, que sin
duda afectan la presencia del maestro que se está formando y de quienes acompañamos ese
proceso.
El componente ético se pone de manifiesto en las acciones solidarias al valorar y respetar la presencia y acciones de cada quien, es evidente entonces que la pluralidad de pensamientos enriquece el desarrollo del proyecto y así sus consideraciones hacia las actividades y recursos que se han venido usando sin detenerse a pensar qué han ocasionado en la vida de los primeros y más importantes beneficiarios: los niños y las infancias Intenciones del refugio
Trayectorias o designaciones a seguir en el Refugio
Un espacio físico en la UPTC para pensar en las infancias y las
relaciones pedagógicas que emergen, toma como protagonistas a las maestras en formación, lleva a
cuestionar la formación ofrecida y los sustentos teóricos y prácticos que estos generan. Por ello,
la intención de proveer a las estudiantes de la licenciatura en Educación Preescolar otros espacios
que enriquezcan sus experiencias formativas y las reflexiones que este proceso ocasione. Es por
ello que el cuestionamiento constante será: ¿Qué saberes pedagógicos se construyen en la
interacción y compresión de las experiencias que sugieren los diferentes mundos? Así,
“El Refugio para pensar las Infancias”
, es concebido como un lugar que ofrece diferentes vivencias en torno de las relaciones
pedagógicas; provoca un sin número de trayectorias para pensar las infancias, por lo tanto, el
refugio puede ser para:
Los Mundos del Refugio
Mundo, es el nombre común que se le da a la civilización humana,
específicamente a la experiencia humana, la historia o la condición humana en general, global, en
cualquier parte de la Tierra. En un contexto filosófico puede referirse a todo el Universo
físico o un mundo ontológico. En un contexto teológico, mundo, usualmente se refiere a lo material,
pero también contiene lo celestial, espiritual, trascendental o sacro.
El Refugio para pensar las infancias, es un lugar para sentirnos
seguros, para pensar con calma y sin temor, todos aquellos significados de la infancia; para pensar
en nosotros y en cómo establecemos relaciones o encuentros con ellas.
El refugio opera en 7 planos diferentes pero fusionados, denominados
mundos
, los cuales invitan desde diferentes perspectivas a pensar nuestra presencia cercana o
lejana de las infancias. Los mundos no tienen líneas de subordinación jerárquica, son rizomáticos;
es decir, lo que Deleuze denomina imagen pensamiento y que se fundamenta en el rizoma botánico; que
aprehende de las multiplicidades. Un modelo con una base o raíz; que este caso, es pensar la-s
Infancia-s, donde se originan múltiples ramas, vertientes o raíces; las cuales se conjugan entre
sí. Entonces, todo elemento puede afectar-se o transformar-se, al relacionar-se con otro. Los
mundos que componen el Refugio, son universos físicos y ontológicos, tienen propósitos en sí
mismos, también cimientos conceptuales y elementos propios. Aquí, no se piensa, de ninguna manera
la infancia compartimentalizada, se piensa de manera rizomática, donde pueden surgir muchas
conjugaciones; esto hace del refugio un lugar inacabado, en movimiento, un espacio inspirador, que
invita a vivir experiencias para nutrirse y para desarrollar nuevas pesquisas en relación con la
infancia.
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Información actualizada: 20 de agosto de 2014 |
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